jueves, 20 de enero de 2011

NAEVUS. SILENT LIFE.

Ahora que el futuro de esta banda se encuentra en suspenso y pendiente de más información sobre lo que sería su última referencia como Naevus, voy a repasar el disco más atrayente dentro de su larga trayectoria. En concreto su mágnífico álbum “Silente life”, publicado en 2007.


Esta banda británica siempre fue uno de esos grupos que en momentos puntuales me había maravillado, mientras que en otras muchas ocasiones aceptaba su música correcta y bien interpretada pero sin causarme un mayor entusiasmo. Con esa sensación de Naevus como buen grupo que sabe hacer bien las cosas y al que le falta subir algún escalón más para situarse en la élite del nuevo folk europeo, enfocaba su trabajo “Silent life”. Lo primero que llama la atención es lo enérgico y directo del sonido con mucha mayor presencia de guitarra eléctrica que, sin duda, se erige como el baluarte más firme y predominante durante los 45 minutos que completan el cd. Aquella inesperada sorpresa, casualmente, unida a un conjunto de ocho buenas canciones hacen de este disco una verdadera obra en toda su extensión. Un ejemplo de evolución en favor de un mejor desarrollo musical sin dejar de lado el talento mostrado en el pasado. Ese folk intimista de sus inicios se fue transformando en un estilo mucho más complejo, orientado hacia un sonido más rockero, post-punk e incluso psicodélico. El período de elaboración del álbum no fue corto y el número de artistas que colaboraron en el mismo facilitó el perfecto acabado. Así contribuyen figuras de la talla de Rose McDowell, Matt Howden, David E. Williams y John Murphy, todos ellos de primer nivel, aportando su granito de arena en uno de los mejores discos editados por Hau ruck. El comienzo es trepidante con “Spring summer railway”, realmente intensa gracias a la fuerza depositada en la guitarra eléctrica y redobles en la batería hasta que la voz de Lloyd James surge como guía en la oscuridad. Una de las mayores virtudes de Naevus es el aspecto vocal desarrollado por su cantante Lloyd, que en un estilo muy británico vocaliza profundamente creando en canciones como ésta, una presencia y notoriedad digna de mención, delicada a la vez que firme. “Castles in Spain” te devuelve al pasado con unos teclados que recuerdan a los mismísimos The Doors y una ambientación psicodélica propia de los años 70, todo ello con el sello personal que ha creado Naevus. Se arriesgan con una versión de un clásico del folk inglés como “Bobby shafto” de repetitivo estribillo, siendo, tal vez, lo menos destacable del álbum. Los temas se van alternando con bellas melodías y poderosas guitarras despuntando canciones como “Kill your friends”, muy lograda y, por supuesto, “The ballad of benjamin munt”, uno de los puntos fundamentales de su carrera, solos de guitarra, virtuosismo del genio del violín, Matt Howden, y la suave y lenta voz de Lloyd envuelta en un éxtasis sonoro de ocho minutos. El final llega con “Dominic song”, mucho más tranquila en su inicio con guitarra acústica (la gran olvidada en este “Silent life”), cediendo poco a poco el relevo al bajo y guitarra eléctrica en una emotiva despedida. Una excelente demostración de talento y calidad donde confluyen variedad de estilos e influencias y que constituye el trabajo más elaborado y brillante de toda la trayectoria de Naevus. 8,8.

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