viernes, 7 de enero de 2011

STORMFÅGEL. ELDVAKT.


Stormfågel es el proyecto en solitario de Andreas Neidhardt, en el que está involucrado desde 2004 y con el que había publicado anteriormente dos discos con el sello Cold meat industry (“Den Nalkande stormen” y “Ett berg av fasa”) y un EP de cuatro temas (“Svenska Visor”). Con este nuevo disco algunas cosas han cambiado, no solo por la salida de CMI y su fichaje por Steinklang industries, sino también por la partida de Eva Mag como vocalista de la banda. Aunque nos deja dos últimas colaboraciones en este nuevo disco, se echa en falta una mayor participación de voces femeninas en comparación a lo que nos venía acostumbrando Stormfågel en discos anteriores. Sin embargo, hay tanto que destacar que no deja de ser éste un pequeño detalle. En general, este “Eldvakt” ofrece un registro amplio de estilos, prevaleciendo la esencia neofolk que estructura la mayoría de las composiciones, bien resguardas por una multitud de percusiones y arreglos de carácter marcial que enraizan a la perfección con la fuerza y energía que desprende la poderosa voz de Andreas Neidhardt. A todo ello, hay que sumarle la magnífica producción, lo bien que suena todo el álbum y por qué no decirlo, lo generoso en su duración, llegando a alcanzar los 72 minutos. Pocos discos se pueden escuchar, en este estilo, que sepan mantener la calidad y el excelente nivel con esta duración tan amplia sin que ello suponga merma de ningún tipo, o reste la atención del oyente. Más bien todo lo contrario, a medida que lo escuchas crece el interés y el análisis se vuelve más positivo. Aunque todos los temas tienen algo que reseñar me quedo con algunos como el inicial “Hall lagan klar”, un ejemplo de medios al alcance de pocos, sobresaliente orquestación, potentes percusiones y segura recitación. Después de un par de cortes cantadas en sueco, como el siguiente “Den Bertagna” en el que se combina la electrónica con otos componentes más cercanos al folk, llegamos a momentos de reflexión con “Der Mensch ist baid vergessen” en torno a una melodía creada sobre las notas de piano, percusiones que acompañan el calmoso ritmo y un espectacular violín que hace vibrar los sentimientos. Seguidamente, y casi sin darnos cuenta, se encuentra “I am the pillar”, eje fundamental del álbum y estribillo que se vuelve pegadizo en cuanto lo escuchas por segunda vez. No es éste el único instante que hace recordar la primera etapa de Blood axis, la fortaleza de Stormfagel se hace cada vez más evidente al mismo tiempo que la instrumentación mantiene su espíritu neofolk, sobre todo cuando surge la voz femenina como en el tema “God appears and god is light”. Otro punto vital de este trabajo es “Epigram CLXIII”, una sublime composición que inicia, lentamente, ambientes oscuros y fascinantes que cautivan con suaves percusiones y una impresionante orquestación. A veces los elementos marciales, bien combinados, también emocionan y prueba de ello es la siguiente pieza “Before action”, inquietante a la vez que trágica, de trepidante ritmo, coro casi religioso e impecable ejecución. Sin duda, éste es un álbum bien trabajado, con un período de gestación importante pero con un resultado no menos sobresaliente. Una referencia imprescindible del neo-folk tradicional con gran influencia de aspectos marciales. 9,2.

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